El trabajo del justo tiende a vivir. - Porque las ganancias de su trabajo honesto tienen la bendición de Dios sobre ellos, y así le brindan satisfacción mental y el poder de cumplir con sus deberes en la vida; mientras que todo lo que el impío adquiere sólo le ayuda a pecar aún más, permitiéndole complacer sus malas pasiones.

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