CII.

Este salmo es peculiar por su título, que está bastante solo entre las inscripciones. No es ni histórico ni musical en su referencia; pero describe el carácter del salmo, y las circunstancias en medio de las cuales sería útil. Por lo tanto, se colocó en una época tardía, cuando la colecta llegó a emplearse, no meramente con fines litúrgicos y en el culto público, sino en la devoción privada, no cabe duda.

Pero la composición del salmo debe referirse al sentimiento nacional más que al individual. Es cierto que el suplicante habla por experiencia personal de la angustia que realmente lo oprime; pero esta angustia no tiene un carácter individual, sino de ese tipo general que se siente bajo las calamidades y desgracias nacionales. Es natural, de Salmo 102:14 , referir la composición al período del exilio.

Con esto también coinciden los muchos puntos de coincidencia con las profecías de la segunda parte de Isaías. Pero hay que señalar que aquí no aparecen las causas que los profetas del exilio asignan al cautiverio o catástrofe nacional. No hay expresión de arrepentimiento o contrición; ni tampoco de la percepción más profunda que, hacia el final del exilio, destacó la doctrina del sufrimiento vicario.

Aquellos en cuyo nombre escribe el salmista son los siervos de Jehová, y nunca han sido otra cosa. No los distingue como una excepción a la masa del pueblo, que es culpable y merece la destrucción en la que se verá envuelto todo el universo. Por esta razón, muchos críticos traen el salmo al período antioqueano, cuando Jerusalén sufrió tanto, y en un momento presentó una desolación como la que se lamenta en el salmo (1Ma. 1: 38-39). La estructura del verso es irregular.

Título. - Ver Introducción.

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