Versículo Deuteronomio 32:52 . Verás la tierra delante de ti.  Véase Números 27:12.  

Qué glorioso es partir de esta vida con Dios en el corazón y con el cielo en los ojos! su obra, su gran utilidad sin parangón, sólo termina con su vida. El lector serio seguramente se unirá a la siguiente jaculatoria piadosa del difunto reverendo Charles Wesley, uno de los mejores poetas cristianos del siglo pasado: -

"Oh, que sin un gemido persistente

pueda recibir la palabra de bienvenida

Mi cuerpo con mi carga se acueste,

y dejar de trabajar y vivir de una vez".

Se necesitaría una disertación expresamente formada para el propósito de señalar el mérito general y las bellezas extraordinarias de esta himno tan sublime. Entrar en tales detalles apenas puede corresponder a la naturaleza del presente trabajo. Los doctores Lowth, Kennicott y Durell han hecho mucho en este sentido, y se remite al lector crítico a sus respectivas obras. Un extracto muy considerable de lo que han escrito sobre este capítulo puede encontrarse en las notas del Dr. Dodd. Al escribir esta estrofa, el propósito de Moisés era,

1. Exponer la majestad de Dios; dar a esa generación y a todas las sucesivas una visión adecuada de las gloriosas perfecciones del objeto de su adoración. Por lo tanto, muestra que desde su santidad y pureza debe disgustarse con el pecado; desde su justicia y rectitud debe castigarlo; y desde la bondad e infinita benevolencia de su naturaleza está siempre dispuesto a ayudar a los débiles, instruir a los ignorantes y mostrar misericordia a los miserables y pecadores hijos e hijas de los hombres.
2. Para mostrar el deber y el interés de su pueblo. Tener a ese Ser como amigo es tener asegurada toda la felicidad posible, tanto espiritual como temporal; tenerlo como enemigo es exponerse a una destrucción y ruina inevitables.

3. Para advertirles contra la irreligión y la apostasía; para mostrarles la posibilidad de apartarse de Dios, y las miserias que los abrumarían a ellos y a su posteridad si los encontraran caminando en oposición a las leyes de su Creador.

4. Dar una visión adecuada e impresionante de la providencia de Dios, refiriéndose a la historia de su trato bondadoso con ellos y sus antepasados; la minuciosa atención que prestó a todas sus necesidades, la maravillosa manera en que los guió, alimentó, vistió, protegió y salvó, en todos sus viajes y en todos los peligros.

5. Para dejar constancia de un testimonio imperecedero contra ellos, en caso de que alguna vez desecharan su temor y contaminaran su culto, que sirviera a la vez de advertencia al mundo y de vindicación de su justicia, cuando se descubriera que los juicios que había amenazado se derramaban sobre ellos; pues quien los amó durante tanto tiempo y tan intensamente no podía convertirse en su enemigo sino a consecuencia de las mayores y más inescrupulosas provocaciones.

6. Para mostrar la ingratitud escandalosa y sin precedentes que indujo a un pueblo tan altamente favorecido, y tan maravillosamente protegido y amado, a pecar contra su Dios; y cuán razonable y justo era, para la vindicación de su santidad, que Dios derramara sobre ellos tales juicios como nunca había infligido a ningún otro pueblo, y así marcar su desobediencia e ingratitud con nuevas marcas de su desagrado, para que el castigo tuviera alguna proporción con la culpa, y para que su preservación como pueblo distinto pudiera ofrecer una prueba sensible tanto de la providencia como de la justicia de Dios.

7. Mostrar la gloria de los últimos días en la reelección de la nación judía reprobada durante tanto tiempo, y la difusión final de su gracia y bondad sobre la tierra por medio del Evangelio de Cristo.

Y todo esto se hace con tal fuerza y elegancia de dicción, con figuras y metáforas tan apropiadas, enérgicas e impresionantes, y en un torrente tan poderoso de ese espíritu poético puro que penetra en el alma y que surge del seno de Dios, que el lector se siente alternativamente eufórico o deprimido, lleno de compunción o de confianza, de desesperación o de esperanza, según las rápidas transiciones del inimitable escritor a los diferentes temas que forman el asunto de este himno incomparable y maravillosamente variado. Que el Espíritu que la dictó le dé su impresión más completa, más duradera y más eficaz en la mente de cada lector.

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