REFLEXIONES

PAUSA, y he aquí la hermosura de la santidad y de la alabanza en la conducta de un pastor moribundo, como Moisés; y en los contornos de este himno, he aquí cuán conveniente es ser fiel. El cielo y la tierra deben testificar en el último día de todo siervo fiel de JESÚS, si no ha retenido nada que sea de provecho para el pueblo; y aunque el pueblo no fuere reunido, sin embargo, ha entregado su propia alma.

¡Lector! que sea tu felicidad y la mía, al ver el amor del Señor por su iglesia y la serie de misericordias manifestadas hacia su pueblo, descubrir, en un sentido espiritual, la misma mano bondadosa que nos sacó de Egipto y nos llevó como en alas de águila a lo largo de nuestro accidentado viaje. ¡Oh! Dios misericordioso! en cada vista que mi alma pueda tomar de tu amor hacia mí; y en todos tus tres caracteres de Persona, has sido mi PADRE y el guía de mi juventud.

Mi Salvador y el Redentor de mi alma; mi Santificador y el ayudador de todos mis caminos. ¡Oh! concédeme que no me olvide, como el Israel de antaño, del DIOS de mis misericordias, y menosprecie la roca de mi salvación. Dios misericordioso, perfecciona lo que comenzaste conmigo, porque tú eres en verdad una roca y tu obra perfecta. Es por tu propia gracia que has planeado la salvación, por tu propio poder la has formado y la ejecutarás.

En tu amor eterno, en los propósitos eternos de tu consejo, por la sangre y la justicia de JESÚS, y por tu propia gracia, y las influencias del ESPÍRITU SANTO, en los corazones de tu pueblo, lo cumplirás y completarás: y ¿Dudaré de tus misericordiosos propósitos con respecto a mí? Sé tú mi roca, mi JEHOVÁ JESÚS, a la que siempre recurriré; porque prometiste ayudarme; por tanto, en tus manos encomiendo mi espíritu, porque tú me has redimido, oh SEÑOR, Dios de verdad.

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