Verso Éxodo 19:20. El Señor descendió...  Indudablemente, esto se hizo de manera visible, para que la gente pudiera presenciar la terrible aparición. Podemos suponer que todo estaba dispuesto así: la gloria del Señor ocupaba la cima de la montaña, y cerca de ella se le permitió acercarse a Moisés. A Aarón y a los setenta ancianos se les permitió avanzar un poco hacia la montaña, mientras que al pueblo solo se les permitió subir a su base. Moisés, como legislador, debía recibir los estatutos y los juicios de la boca de Dios; Aarón y los ancianos los recibirían de manos de Moisés y los entregarían al pueblo; y la gente debía actuar de acuerdo con la dirección recibida. Nada puede imaginarse más glorioso, terrible, majestuoso e impresionante que la totalidad de este momento; pero estaba principalmente calculado para impresionar una profunda reverencia, temor religioso y temor sagrado; y quien intenta adorar a Dios sin estar influenciado por ellos, no tiene un sentido apropiado de la majestad divina, ni de la pecaminosidad del pecado. Parece que en referencia a esto el apóstol dice: Tengamos gracia con la cual podamos servir a Dios aceptablemente con REVERENCIA y TEMOR DE DIOS: porque nuestro Dios es FUEGO CONSUMIDOR; Hebreos 12:18 Entonces, ¿quién se atreverá a acercarse a él en su propio nombre y sin mediador?

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