Versículo Ezequiel 24:16 . He aquí, te quito el deseo de tus ojos. Aquí hay una insinuación de que el golpe que iba a sufrir iba a estar por encima de todo dolor; que sería tan grande que impediría el alivio de las lágrimas.

Curae leves loquuntur, graviores silent,

es una máxima bien acreditada en tales casos. Las penas superficiales afectan a las pasiones más fácilmente conmovibles; las grandes afectan al alma misma, en sus facultades de razonar, reflexionar, comparar, recordar, etc., cuando el que sufre siente todo el peso de la pena.

Ni correrán tus lágrimas. Τουτο γαρ ιδιον των οφθαλμων εν τοις μεγαλοις κακοις- εν μεν γαρ ταις μετριαις συμφοραις αφθονως τα δακρυα καταρῥει, - εν δε τοις ὑπερβαλλουσι δεινοις φευγει και τα δακρυα και προδιδωσι και τους αφθαλμους- Achill. Tat. lib. 3. c. 11. Pues así sucede con los ojos en las grandes calamidades: en las desgracias ligeras las lágrimas fluyen libremente, pero en las aflicciones pesadas las lágrimas vuelan y traicionan a los ojos.

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