Verso Génesis 50:4. Habla, te lo ruego, en los oídos del faraón... Pero ¿por qué José no hablaba él mismo? Porque él estaba ahora en su  luto y por  costumbres de Egipto ninguno debe aparecer en la presencia de los monarcas orientales en este estado. Consulte Ester 4:2.

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