CAPITULO IV.

Los sacerdotes y los saduceos se indignan ante la enseñanza 

de los apóstoles y los encarcelan, 1-3.

El número de los que creyeron, 4.

Los gobernantes, los ancianos y los escribas llaman a los apóstoles ante ellos

y los interrogan sobre su autoridad para enseñar, 5-7.

Pedro, lleno del Espíritu Santo, responde y proclama a Jesús, 8-12.

Los apóstoles se quedan perplejos ante su discurso y el milagro realizado en

el cojo, pero les ordena que no prediquen en nombre de Jesús, 13-18.

Pedro y Juan se niegan a obedecer, 19, 20.

Son amenazados de nuevo y despedidos, 21, 22.

Regresan a su propia compañía, que se une en alabanza y

oración a Dios, 23-30.

Dios responde y los llena del Espíritu Santo, 31.

El bendito estado de los primitivos discípulos, 32-35.

El caso de José, que vende su hacienda y aporta el dinero

a la bolsa común. 36. 37.

NOTAS SOBRE EL CAPITULO. IV.

Verso Hechos 4:1. Los sacerdotes...  Estas personas habían evidenciado la más implacable enemistad contra Cristo desde el principio.

El capitán del templo... Vea este oficio particularmente explicado en la nota, Lucas 22:4.

Los saduceos... Todo su sistema estaba ahora en peligro por la predicación de la resurrección de Cristo, pues no creían en la inmortalidad del alma ni en ningún mundo futuro. Estos hicieron causa común con los sacerdotes,  para suprimir la evidencia de la resurrección de Cristo, y silenciar a los apóstoles.

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