CAPÍTULO XXV

La breve mirada que el profeta dirigió a la prometida

restauración del pueblo de Dios y del reino del Mesías, en

el final del capítulo anterior, lo hace estallar en un

extasiado canto de alabanza en este, donde si bien alude a

misericordias temporales, como la destrucción de las ciudades que

han estado en guerra con Sión, la ruina de Moab y otras señales

 de la Divina Providencia en favor de los judíos; aún

evidentemente está impresionado con un sentido más vivo del futuro

y bendiciones mucho mayores bajo la dispensación del Evangelio, en

la plenitud de su revelación, de la cual las temporales

liberaciones concedidas en varios momentos 

los reinos de Israel y Judá fueron los prototipos , 1-5.

Estas bendiciones se describen bajo la figura de una fiesta hecha

para todas las naciones , 6;

el quitarse un velo de sus rostros , 7;

la extinción total del imperio de la muerte por la resurrección

de entre los muertos, la exclusión de todo dolor, y al final el

Derrocamiento de todos los enemigos del pueblo de Dios , 8-12.

No me parece que este capítulo tenga ninguna relación estrecha y particular con el capítulo inmediatamente anterior, tomado por separado y por sí mismo. El tema de aquel era la desolación de la tierra de Israel y de Judá, por el justo juicio de Dios, a causa de la maldad y desobediencia del pueblo: lo cual, tomado por sí mismo, no parece muy apropiado para introducir un himno de acción de gracias a Dios por sus misericordias para con su pueblo al librarlo de sus enemigos. Pero tomando todo el curso de las profecías, desde el capítulo decimotercero hasta el vigésimo cuarto inclusive, en el que el profeta predice la destrucción de varias ciudades y naciones, enemigas de los judíos, y de la propia tierra de Judá, pero con insinuaciones de un remanente que se salvará, y una restauración que finalmente se efectuará mediante un glorioso establecimiento del reino de Dios: Con vistas a esta amplia escena de la providencia de Dios en todas sus partes y en todas sus consecuencias, se puede suponer que el profeta prorrumpió en este canto de alabanza, en el que su mente parece estar más poseída por la perspectiva de las misericordias futuras que por el recuerdo del pasado. - L

 

NOTAS SOBRE EL CAP. XXVI

Versículo Isaías 25:1 . Tus consejos antiguos son fidelidad y verdad.  Es decir, todas tus declaraciones pasadas por los profetas se cumplirán a su debido tiempo.

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