Verso 46. Nunca un hombre habló como este hombre... Aunque estos oficiales habían ido con el encargo de sus amos, no habían entrado en su espíritu. Fueron enviados a aprehender a un sedicioso y a un falso profeta. Llegaron al lugar donde Jesús enseñaba; encontraron que era una persona diferente a la descripción que recibieron de sus amos, y por lo tanto no intentaron tocarlo ni molestarlo. Sin duda esperaban que, al decirles la verdad a sus patrones, éstos los habrían elogiado y habrían reconocido su propio error; pero esta gente sencilla no estaba en el secreto de la malicia de sus amos. Oyeron, sintieron, que ningún hombre había hablado con tanta gracia, poder, majestad y elocuencia. Nunca habían escuchado un discurso tan conmovedor y persuasivo. Así, Jesús sigue hablando a todos los que son sencillos de corazón. Habla de perdón - habla de santidad - habla de salvación a todos los que tienen oídos para oír. Ningún hombre ha hablado o puede hablar como él. Enseña LA VERDAD, toda la VERDAD, y nada más que la VERDAD.

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