Verso 14. Han vagado como ciegos por las calles. Más bien: "Corrían frenéticos por las calles, estaban manchados de sangre". Esto fue en su pretendido celo por su causa. El Obispo Bonner, que estaba a la cabeza de esas sanguinarias ejecuciones en Inglaterra, acostumbraba a abofetear a los pobres protestantes, cuando en sus exámenes eran demasiado poderosos para él en argumentos: -

"Demostró su doctrina ortodoxa,

a golpes y porrazos apostólicos".

Al igual que sus hermanos mayores, los falsos sacerdotes y profetas de Jerusalén.

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