Versículo 12. Los príncipes son colgados de la mano. Es muy probable que se tratara de una especie de castigo. Los colgaban de ganchos en la pared por las manos hasta que morían por tortura y agotamiento. El cuerpo de Saúl fue atado al muro de Bet-sán, probablemente de la misma manera; pero ya le habían quitado la cabeza. Los colgaban así para que los devoraran las aves del cielo. Era costumbre entre los persas, después de haber matado, estrangulado o decapitado a sus enemigos, colgar sus cuerpos en postes o empalarlos. Así trataron a Histiaeus de Miletum y a Leonidas de Lacedaemon. Véase Herodot. lib. vi. c. 30, lib. vii. c. 238.

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