Verso Levítico 5:19Y como ha pecado, debe traer un sacrificio. Por ningún otro motivo será aceptado por el Señor. Lector, ¿cómo estás a los ojos de tu Creador?

Sobre el tema de este capítulo puede ser apropiado hacer las siguientes reflexiones.

Cuando se considera la infinita pureza y la estricta justicia de Dios, la excesiva amplitud de su mandamiento, nuestra lentitud de corazón para creer, y nuestro cumplimiento comparativamente frío de los deberes sagrados, no es de extrañar que se encuentre la pecaminosidad en nuestras cosas santas; y ¡en qué nivel tan bajo debe encontrarse la vida cristiana cuando este es el caso! Este es un mal doloroso y degradante en la Iglesia de Dios; pero hay uno aún peor que éste, es decir, el denodado esfuerzo de muchas personas religiosas por reconciliar sus mentes con este estado de imperfección inexcusable, y defenderlo celosamente, suponiendo que es a la vez inevitable y útil: inevitable, porque piensan que no pueden vivir sin él; y útil, porque suponen que tiende a humillarlos. Cuanto más pecado interior tenga un hombre, más orgullo sentirá; cuanto menos, más humildad. El sentido de la infinita bondad de Dios para con nosotros, y nuestra constante dependencia de él, mantendrá siempre el alma en el polvo. El pecado nunca puede ser necesario para el mantenimiento o la extensión de la vida cristiana, es la cosa que Jesucristo vino al mundo a destruir; y su nombre se llama JESÚS o Salvador porque salva a su pueblo de sus pecados. Pero ¡qué poco se conoce en el mundo el espíritu y la influencia de su Evangelio! Él salva, hasta el extremo, a los que vienen al Padre por medio de él. Pero ¡ay! qué pocos se salvan así, porque no quieren venir a él para tener vida. ¿Debería algún cristiano negarse a ofrecer la siguiente oración a Dios? "Dios todopoderoso, a quien se abren todos los corazones y a quien no se le oculta ningún secreto, limpia los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Espíritu Santo, para que te amemos perfectamente y magnifiquemos dignamente tu santo nombre, por Cristo nuestro Señor. Amén". - La Liturgia.

" - La Liturgia .

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