Verso Mateo 21:27. No podemos decirlo. La sencillez da una maravillosa confianza y tranquilidad; pero el doble trato causa mil inquietudes y problemas. Haga un hombre todo lo posible por ocultar en su propio corazón la evidencia que tiene de la verdad y la inocencia, para tolerar que no se rinda a ella; Dios, que ve el corazón, a la luz del último día, lo presentará como testimonio en su contra y lo hará su juez.

No podemos decirlo, dijeron ellos; lo cual, en palabras de verdad, debería haber sido: No lo diremos, porque no queremos a este hombre como el Mesías; porque, si reconocemos a Juan como su precursor, debemos, por necesidad, recibir a Jesús como el Cristo.

Los que se oponen a la verdad están abandonados al espíritu de la falsedad y no tienen escrúpulos en la mentira. El orgullo farisaico, de acuerdo con sus diferentes intereses, pretende saberlo todo, o pretende no saber nada. Entre ellos, podemos encontrarnos con numerosos casos de arrogancia y humildad afectada. Dios a menudo oculta a los sabios y prudentes lo que revela a los niños; porque, cuando usan su sabiduría sólo para inventar las excusas más plausibles para rechazar la verdad cuando se les trata, es justo que sean castigados con esa ignorancia a la que, en su propia defensa, están obligados a recurrir. 

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