Verso Mateo 24:19. Y ¡ay de las que están embarazadas! Porque tales personas no están en condiciones de escapar ni pueden soportar las miserias del asedio. Josefo dice que las casas estaban llenas de mujeres y niños que perecieron por el hambre; y que las madres arrebataban la comida incluso de la boca de sus propios hijos. Véase GUERRA, b. v. c. 10. Pero relata una historia más horrible que ésta, la de una tal María, hija de Eliézer, ilustre por su familia y sus riquezas, que, al ser despojada y saqueada de todos sus bienes y provisiones por los soldados, con hambre, rabia y desesperación, mató y coció a su propio hijo lactante, y se había comido la mitad de él antes de que fuera descubierta. Esta espeluznante historia se cuenta, GUERRA, b. vi. c. 3, con varias circunstancias de agravamiento.

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