Versículo 22. Que cada uno con su sirviente se aloje dentro de Jerusalén. La gente del campo acostumbraba, después de su jornada de trabajo, volver a sus familias; estando ahora tan terriblemente amenazado, los obligó a todos a dormir en Jerusalén, para que pudieran estar listos, en caso de ataque, para ayudar a sus hermanos. Todos los arreglos de este hombre fueron sabios y juiciosos.

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