Asimismo, al mismo tiempo dije al pueblo: Que cada uno con su siervo se aloje en Jerusalén, los que viven en aldeas y ciudades lejanas e incluso en los suburbios que por el momento tengan su hogar en la capital, para que por la noche puedan sé un guardia para nosotros y trabaja en el día, incluso de noche podrían ser despertados para la defensa de la ciudad.

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