Verso 16. Me llamarás Ishi. Es decir, mi hombre , o mi marido ; un título de amor y afecto; y no BAALI, mi maestro , un título que provoca miedo y aprensión ; la cual, aunque bueno en sí misma, ahora se consideraba impropio para ser aplicado a Jehová, habiendo sido prostituida por dioses falsos. Esto insinuaba que debían evitar escrupulosamente la idolatría; y tuvieron tan plena prueba de la ineficacia de su culto idólatra que, después de su cautiverio, nunca más sirvieron a los ídolos.

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