Luego, le preguntó con él en muchas palabras ,. O habló mucho con él, preguntando quién era, si Juan el Bautista, o no; si era cierto que había hecho que hubiera oído a los milagros de los que había oído hablar, y cómo los forjó, y por qué poder los realizó, y cómo él vino; y usó muchos argumentos para persuadirlo para que trabaje un milagro en ese momento:

Pero él le respondió nada ; No le daría una palabra a cambio de sus muchas palabras, ni trabajaría ningún milagro en su presencia; Él le respondió ni por palabras ni de hechos; No entregaría su curiosidad, aunque podría haber obtenido su libertad.

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