Y Abigail vino a Nabal; y he aquí, celebró una fiesta en su casa, como la fiesta de un rey; y el corazón de Nabal se alegró dentro de él, porque estaba muy borracho; por tanto, ella no le dijo nada, ni menos ni más, hasta la luz de la mañana.

(q) Porque no tenía ninguna razón para considerar ni para dar gracias por este gran beneficio de la liberación.

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