Y vino Abigail a Nabal, y he aquí que él celebraba una fiesta en su casa, como fiesta de rey; y el corazón de Nabal estaba alegre dentro de él, porque estaba muy borracho; por lo cual ella no le dijo nada, ni más ni menos, hasta la luz de la mañana.

Celebró una fiesta en su casa, como la fiesta de un rey. La época del esquileo de las ovejas era siempre una ocasión muy alegre. Los amos solían agasajar a sus pastores, e incluso Nabal, aunque era de lo más tacaño, preparaba festejos a escala de suntuosa liberalidad. Los árabes modernos celebran la temporada con una alegría similar.

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