Y el SEÑOR volvió a llamar a Samuel por tercera vez. Y él se levantó y fue a Elí, y dijo: Heme aquí; porque tú me llamaste. Y comprendió Elí que el SEÑOR había llamado al niño.

(g) Tal era la corrupción de aquellos tiempos que el sumo sacerdote se había vuelto torpe y negligente para comprender la aparición del Señor.

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