Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló, diciendo: He aquí, las palabras de los profetas [declaran] bien al rey con un (k) asentimiento; Por tanto, te ruego que tu palabra sea como la de ellos, y hable bien.

(k) Pensando, que puesto que cuatrocientos profetas se habían puesto de acuerdo en una cosa, que siendo él un solo hombre y en la menor estimación, no se atrevió a ir en contra.

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