Y dijo al rey: No me impute mi señor de iniquidad, ni te acuerdes de lo que hizo tu siervo perversamente el día que mi señor el rey salió de Jerusalén, para que el rey se lo tomara en serio.

(h) Porque en su adversidad fue su enemigo más cruel, y ahora, en su prosperidad, busca con la adulación ganar el favor.

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