Oh rey, el Dios Altísimo le dio a Nabucodonosor, tu padre, reino, majestad, gloria y honra.

(l) Antes de leer el escrito, le declara al rey su gran ingratitud hacia Dios, quien no pudo ser movido a darle la gloria, considerando la obra maravillosa de Dios hacia su abuelo, y así muestra que él no peca por ignorancia sino de la malicia.

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