Y di mi corazón a buscar y escudriñar con sabiduría todas las [cosas] que se hacen debajo del cielo: esta penosa labor ha dado Dios a los hijos del hombre (i) para que la ejerciten en ella.

(i) El hombre por naturaleza tiene el deseo de saber, pero no puede llegar a la perfección del conocimiento, que es el castigo del pecado, para humillar al hombre y enseñarle a depender únicamente de Dios.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad