Por tanto, oh hijo de hombre, habla a la casa de Israel; Así habláis, diciendo: Si nuestras transgresiones y nuestros pecados están sobre nosotros, y languidecemos en ellos, (e) ¿cómo, pues, viviremos?

(e) Así, los impíos cuando escuchan los juicios de Dios por sus pecados, desesperan de sus misericordias y murmuran.

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