Y Dios (g) escuchó la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? no temáis; porque Dios ha oído la voz del muchacho donde está.

(g) Por amor a la promesa que le hizo a Abraham; y no porque el niño tuviera discreción y juicio para orar.

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