Ay de los hijos rebeldes, dice el SEÑOR, que toman consejo, pero no de mí; y que (b) cubra con una cubierta, pero no de mi espíritu, para que agreguen pecado a pecado:

(a) Los que, contrariamente a su promesa, no me tomen por protector y, contrariamente a mi mandamiento, busquen ayuda de extraños.

(b) Buscan cambios para encubrir sus acciones y no medios piadosos.

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