Puede ser que el SEÑOR tu Dios oiga las palabras de Rabsaces, a quien el rey de Asiria, su señor, envió para reprochar al Dios viviente, y reprenderá las palabras que ha oído el SEÑOR tu Dios; por tanto, alza eleva [tu] oración por el remanente que queda.

(d) Es decir, declarará por efecto que lo ha oído: porque cuando Dios difiere de castigar, a la carne le parece que no conoce el pecado ni oye la causa.

(e) Declarar que la oficina de los ministros no solo se apoya en el consuelo de la palabra, sino también en la oración por el pueblo.

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