Puede ser que el Señor, tu Dios, oiga las palabras del Rabsaces, a quien el rey de Asiria, su señor, envió para reprochar al Dios viviente, y reprenderá las palabras que el Señor, el Dios tuyo, ha oído, a saber: las declaraciones blasfemas de que Jehová, después de todo, no era más que los dioses de las naciones circundantes, un error que otros habían cometido antes, 1 Reyes 20:23 ; por tanto, eleva tu oración por el remanente que queda, es decir, Jerusalén y sus habitantes, todo lo demás ha sido conquistado por los invasores.

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