Y te daré los tesoros de las tinieblas y las riquezas escondidas de los lugares secretos, para que sepas que yo, el SEÑOR, que te llamo por tu nombre, soy el Dios de Israel.

(e) No es que Ciro supiera que Dios lo adoraba correctamente, pero tenía cierto conocimiento particular de su poder, como lo pueden tener los hombres profanos, y por eso se vio obligado a liberar al pueblo de Dios.

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