He visto tus adulterios y tus relinchos, la lascivia de tu prostitución y tus abominaciones en los montes de los campos. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás limpiado? ¿Cuándo [será] una vez [será]?

(n) Compara a los idólatras con caballos enardecidos tras yeguas.

(o) No hay lugar tan alto ni tan bajo, donde no aparezcan las marcas y signos de tu idolatría.

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