¿Os habéis olvidado de la iniquidad de vuestros padres, y de la iniquidad de los reyes de Judá, y de la iniquidad de sus mujeres, y de vuestra propia iniquidad, y la iniquidad de vuestras mujeres que cometieron en la tierra de Judá? y en las calles de Jerusalén?

(d) Él muestra que debemos recordar las plagas de Dios desde el principio para que, considerándolas, podamos vivir en su temor, y saber si no perdonó a nuestros padres, sí, reyes, príncipes, gobernantes y también países y naciones enteras. por sus pecados que nosotros, viles gusanos, no podemos esperar para escapar del castigo por los nuestros.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad