Y venderé tus hijos y tus hijas en manos de los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, a un pueblo lejano, porque el SEÑOR lo ha dicho.

(f) Porque después Dios los vendió por Nabucodonosor y Alejandro el Grande, por el amor que tenía por su pueblo, y por esto fueron consolados, como si ellos mismos los hubieran vendido.

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