También los primogénitos de nuestros hijos y de nuestro ganado, como está escrito en la ley, y los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas, para llevarlos a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran. en la casa de nuestro Dios:

(h) Este ensayo muestra que no hubo parte o ceremonia en la Ley a la que no se comprometieran por pacto.

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