Hijo mío, escucha la instrucción de tu padre y no abandones la ley de tu madre.

(g) Habla esto en el Nombre de Dios, que es el Padre universal de todas las criaturas, o en el nombre del pastor de la Iglesia, que es como padre.

(h) Es decir, de la Iglesia, en la que los fieles son engendrados por la semilla incorruptible de la palabra de Dios.

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