El que turba su propia casa heredará viento; y el necio será siervo del sabio de corazón.

(q) Los codiciosos que ahorran sus riquezas para el estorbo de sus familias, serán miserablemente privados de ellas.

(r) Porque aunque los impíos son ricos, no obstante son solo esclavos de los piadosos, quienes son los verdaderos poseedores de los dones de Dios.

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