(4) Ahora que el Dios de la paciencia y la consolación os conceda ser semejantes los unos a los otros según Cristo Jesús:

(4) Debemos tomar un ejemplo de paciencia de Dios: que tanto los débiles como los fuertes, sirviendo a Dios de mutuo acuerdo, se acerquen unos a otros a Dios, como también Cristo nos recibió a sí mismo, aunque siempre fuimos tan indignos.

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