JEHOSHAPHAT MEJORADO

(vv.1-3)

La experiencia de Josafat con Acab debería haber sido suficiente para hablarle profundamente sobre la locura de las malas asociaciones, pero Dios sabía que necesitaba más que experiencia, así que envió a Jehú, hijo de Hanani, a encontrarse con Josafat y preguntarle: "¿Deberías ¿ayudar a los impíos y amar a los que aborrecen al Señor? (v.2) Josafat seguramente sabía que la respuesta a esto era "'No", y Jehú agrega: "Por tanto, la ira del Señor está sobre vosotros.

"Si los creyentes se involucran en asociaciones incorrectas, solo pueden esperar incurrir en la ira del Señor. Esto es ciertamente tan cierto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo, como insiste en 2 Corintios 6:14 :" Sal de entre ellos y apartaos, dice el Señor. No toques lo inmundo, y te recibiré ".

Aunque el Señor reprendió que Josafat fuera amigo de Acab, al mismo tiempo elogió las cosas buenas que había practicado Josafat al quitar las imágenes de madera de la tierra y preparar su corazón para buscar a Dios (v. 3). Porque Dios se deleita en fomentar el carácter piadoso, aunque debe reprender lo que es contrario a esto. Evidentemente, Josafat recibió este mensaje sin resentimiento, en contraste con la mala respuesta de su padre a Hanani al ponerlo en prisión (cap. 16: 7-10).

REFORMAS DE JEHOSHAPHAT

(vv.4-11)

La morada de Josafat estaba en Jerusalén, pero salió a todo Judá y Benjamín hasta el extremo norte de Efraín, con un mensaje que hizo que el pueblo volviera a reconocer al Dios de sus padres (v. 4). "Luego puso jueces en la tierra por todas las ciudades fortificadas de Judá" (v.5). Les dio buenas instrucciones, instándoles a recordar que debían juzgar por Dios, no por los hombres. Debían ser completamente imparciales y rechazar los sobornos (w. 6-7). Toda la historia ha mostrado la detestable tendencia de los jueces a rebajarse a aceptar sobornos para pervertir la justicia.

En Jerusalén, Josafat nombró a algunos de los levitas y sacerdotes como jueces con respecto a las controversias que pudieran surgir entre el pueblo. Una vez más, su instrucción para ellos fue de vital importancia, que debían actuar en el temor del Señor, fielmente y con un corazón leal (vv. 8-9). Si surgiera algún caso de maldad, estos hombres debían ser rápidos para discernir el mal y advertir a la gente contra él, para que no fueran culpables de permitir que se extendiera y causar que la ira de Dios cayera (v.

10). También Josafat pidió a los sacerdotes y levitas que reconocieran la autoridad del sumo sacerdote Amarías y de Zebadías, príncipe de la casa de Judá. Cuán importante es este asunto de reconocer la autoridad adecuada y someterse a ella. Israel ha sufrido la falta de este reconocimiento y la Iglesia también ha sufrido esta dolencia. Josafat terminó sus instrucciones con las palabras de aliento: "Compórtate con valentía, y el Señor estará con los buenos" (v.11).

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