Observa lo lejos que llegó la gente para estar presente en esta solemnidad. El río de Egipto era la parte más remota del sur y Hemat, la más al norte. Lector, no es de extrañar que los israelitas piadosos, quienes por fe veían el arca como un tipo del siempre bendito Jesús, hayan llegado tan lejos. Pero, si los israelitas creyentes sintieron que sus mentes estaban constreñidas a emprender viajes tan extensos para ver el tipo, ¡oh! Cuán imperdonables serán aquellos que tienen la sustancia en el evangelio, si descuidan una salvación tan grande.

¡Queridísimo Jesús! que sea mi felicidad perseguirte en un evangelio predicado, en cualquier lugar y en todas partes; para que pueda ver al rey en su hermosura. ¡Oh! cuán preciosa esa ordenanza donde se puede encontrar a Jesús.

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