Ese amor de Dios es dulce que siempre va acompañado del amor del hombre. David aparece bajo una luz amable, en la visión que esto da de él, en su generosidad para con su pueblo. Ruego al lector que no pase por alto la expresión, que sea bendito el pueblo en el nombre del Señor. El Targum lo tiene, en el nombre de la Palabra del Señor; es decir, la Palabra Increada; que se hizo carne y habitó entre nosotros.

Por lo tanto, si es así, fue por la fe en él que había de venir. ¡Pensamiento precioso! porque todas las bendiciones fluyen a través de él y en él. ¡Cuán delicioso es ver que la iglesia primitiva tenía tales puntos de vista sobre la venida del Salvador!

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