(15) Y él dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que habló con su boca a David mi padre, y con su mano lo cumplió, diciendo: (16) Desde el día que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no elegí ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa, a fin de que mi nombre estuviera en ella; pero elegí a David para que estuviera al mando de mi pueblo Israel. (17) Y David mi padre tuvo en el corazón edificar una casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel.

(18) Y el SEÑOR dijo a David mi padre: Si tuviste en tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien hiciste en hacerlo en tu corazón. (19) Sin embargo, no edificarás la casa; pero tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. (20) Y el SEÑOR ha cumplido su palabra que había dicho, y me he levantado en el aposento de David mi padre, y me siento en el trono de Israel, como el SEÑOR había prometido, y he edificado una casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel. (21) Y he puesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto que Jehová hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.

Aquí está lo que podría llamarse el sermón de Salomón, en la dedicación del templo. Llama la atención de la gente hacia el yo sujeto. Primero abre la boca para bendecir a Dios, como un Dios fiel que hace promesas y que cumple las promesas. A continuación, se refiere al diseño de la gracia del Señor en el edificio; mostrando que lo que había hecho Salomón estaba en perfecta conformidad con el diseño del Señor y con el nombramiento del Señor.

Por lo tanto, el rey evidentemente quiso dar a entender la certeza de que la mano del Señor estaba con él en el edificio, y seguramente lo bendeciría. Luego expresa su alegría, por haber sido bendecido por el Señor, para terminar lo que había comenzado. Y al final de estos versículos, Salomón no solo refiere toda la alabanza a Dios, sino todo el derecho del edificio. La casa es del Señor. ¡Lector! Es verdaderamente hermoso en los creyentes, tanto ver la mano del Señor en todos sus caminos como reconocerla con gratitud. De lo tuyo, Señor, te damos.

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