(54) Y sucedió que cuando Salomón hubo terminado de orar toda esta oración y súplica al SEÑOR, se levantó de delante del altar del SEÑOR, de arrodillarse con las manos extendidas hacia el cielo. .

Qué dulce conclusión de tan dulce oración. Cada parte de lo cual fue evidentemente del despertar y la gracia directriz del Espíritu Santo; todo ofrecido con la mirada puesta en Jesús; y buscando toda bendición de Dios Padre en su nombre y por amor a él.

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