REFLEXIONES

¡LECTOR! qué evidencias ofrece la tierra entera de la realidad de la gracia. Vemos a hombres como Roboam, ocupando un lugar en la historia, y la suma total de sus vidas es esta: vivieron, comieron, bebieron y luego murieron. ¿Pero es este el final de la existencia del hombre? ¡Oh! por la gracia distintiva para vivir todos nuestros días para la gloria de Dios. Vivir para Jesús; y vivir para Jesús. ¿Qué puede ser más dulce que el precioso testimonio de que tenemos comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo?

¡Señor! haz que ésta sea mi porción. No dejes que nada desvíe mi atención de ti, el único gran objeto de todo deseo. En ti, Señor, poseeré todas las cosas. Y si eres mía, seré verdaderamente feliz en el tiempo y feliz por toda la eternidad.

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