Su discurso a su pueblo en la misma apertura de su gobierno implica que su alma había estado afligida por la terrible conducta de su padre durante su minoría. ¡Lector! qué evidente es que la gracia no es hereditaria. ¡Cuántos padres sin gracia ha tenido un hijo misericordioso! y cuántos un padre bondadoso un niño sin gracia. ¡Qué contraste hay aquí entre Acaz y Ezequías!

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