Primero; arreglado el ministerio de los sacerdotes y levitas, encontramos la colocación del arca, tomando la preocupación más importante, como preparación para el servicio. Jesús debe ser contemplado primero a la vista del creyente, como el gran objeto de todos: el altar, el sacrificio y los sacerdotes; porque es en virtud de él y de su ofrenda que todo lo expia, nos acercamos a Dios.

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