Nada puede ser más interesante que esta visión de Ezequías y su corte. Envía a sus siervos a buscar interés en las oraciones del profeta. Pero él mismo va al Señor. Los ministros, ministros fieles pueden ser útiles con sus oraciones y las de la iglesia; pero el pobre se apresura también a ir a Jesús. Hay otra gran belleza en el tema de la oración deseada. Eleva tu oración por el remanente que queda.

Diez tribus de Jacob ya estaban en cautiverio y Judá estaba en peligro inminente. ¡Lector! tal es la iglesia de Jesús. Un remanente según la gracia. ¡Oh! para una lucha ferviente, ferviente, como la de Jacob, con nuestro Dios en oración, por el remanente de la herencia del Señor ahora. ¿Por qué, Señor, tu heredad ha de ser confundida?

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