En la comisión que Eliseo había confiado a este siervo entre los profetas, sin duda se le insinuó más de lo que se relata en el capítulo, a partir de la adición que hizo en este mandamiento, cómo debía actuar Jehú en la destrucción de la casa de Acab. ¡Lector! comente en él, cuán seguros son los juicios de Dios. Como ha dicho un apóstol, con toda seguridad se hallará que el juicio de los no regenerados no se demora, y su condenación no se adormece. 2 Pedro 2:3 .

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