(16) Y sucedió que cuando Joab observó la ciudad, asignó a Urías a un lugar donde sabía que había hombres valientes.

No se dice cuáles fueron los pensamientos de Joab en esta ocasión. Pero es melancólico observar la facilidad con que se acogió a la orden de David. Así David añadió otro pecado a su vasto catálogo y trajo a Joab, el general de su ejército, a cómplice con él.

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